martes, 9 de abril de 2013

The Masters 2013


Por fin ha llegado una de las semanas más grandes del golf. El Masters de Augusta es, después de la Ryder Cup, la cita preferida de todo jugador y amante de este bellísimo DEPORTE. Sí, DEPORTE en mayúsculas, por si no se lo había dejado suficientemente claro Don Álvaro Beamonte al “imbécil” de @MacFrico . Pues eso.
El Masters es especial por muchos motivos. El Amen Corner, el minucioso cuidado del campo, sus ancestrales costumbres (hasta hace un año todos sus socios eran varones), y cómo no, la emocionante entrega de la chaqueta verde por parte del vigente campeón.
Los nervios van creciendo más y más a medida que pasan las horas. Y no sólo hablo de lo que pueden sentir los jugadores y familiares, que deben estar al borde del infarto. No. Hablo de nuestros nervios, de los de todos los locos del golf que andan por ahí, que en estos últimos meses he podido comprobar que los hay a patadas. La cuenta atrás ya ha empezado.

Bajando ya de la nube, éste Masters de Augusta se presenta más interesante que nunca. El dominio de Tiger Woods en este inicio de temporada y su vuelta al número 1 mundial, las dudas de McIlroy, o el buen estado de forma de Gonzalo Fernández-Castaño y Sergio García, lo corroboran.
Creo que nadie tiene ninguna duda de quién es el claro favorito para llevarse el Masters este año. Tiger lleva un año que asusta. 5 torneos, 3 victorias. Llegó con dudas a inicios de temporada. Ganó el Insurance Farmers sin brillar, recurriendo al ya clásico swing conservador (bola fade control). Posteriormente no pasó corte en Abu Dhabi y en el Accenture quedó eliminado en primera ronda. 
Pero llegó el Cadillac y ahí volvimos a ver la mejor versión de Tiger. Un Tiger letal de 140 yardas para abajo, metiendo putts en los momentos clave y mostrándose casi invencible.
Por si fuera poco, dos semanas más tarde ganó el Arnold Palmer Invitational, jugando a las mil maravillas y batiendo récords: ganar 8 veces un mismo torneo y en el mismo campo.
125 semanas después Tiger Woods volvía al trono. Y todo apunta a que ha vuelto para quedarse. Se echaban de menos esas celebraciones pasionales de Tiger, ese poderío que derrochaba en el campo. Ansioso estoy de ver si Tiger será capaz de coger las calles que Augusta requiere. Ese swing conservador al que recurre a menudo no le funcionará en Augusta, al menos en los hoyos en el que pegar el drive al draw es básico.   

Otro de los grandes atractivos de esta semana mágica es Rory McIlroy. Empezó la temporada igual que Tiger, falló el corte también en Abu Dhabi y cayó eliminado en 1a ronda en el Accenture. 
Para más inri, Rory se retiró en la 2a jornada del Honda Classic alegando dolor de muelas. Decía no encontrarse bien mentalmente y que el dolor le impedía concentrarse. Poco después, emitió un comunicado pidiendo perdón. 

Está claro que a McIlroy le está costando mucho adaptarse al nuevo material de Nike. Todo cambio requiere su tiempo, y poco a poco se le ve con más confianza en su juego. 
Prueba de ello es el segundo puesto conseguido esta semana. Él mismo reconocía el domingo que este torneo le había dado una importante dosis de confianza para el Masters. Y eso es lo único que necesita. Confianza.
Pese a esta "mini-crisis" que ha pasado (como dijo GMac), está capacitado sobradamente para ganar su primer Masters. Talento tiene a raudales. No tengan la menor duda de que estará ahí.

Pero lo cierto es que ni Tiger ni Rory van a tenerlo fácil. Hombres como Adam Scott, Justin Rose, Brandt Snedeker o Phil Mickelson llegan en un momento dulce de juego y siempre son rivales muy duros. Son perros de presa, siempre al acecho por si a los dos se les ocurre relajarse un poco. Habrá que seguirles muy de cerca.

Y cómo no, está nuestra armada. Gonzalo, Sergio y Chema. Chema, Sergio y Gonzalo. Cada uno en etapas distintas, pero con un mismo objetivo: la chaqueta verde. 

Sólo Olazábal sabe lo que es ganar en Augusta. Y por doble partida. Pocos jugadores pueden decir eso. Y aunque no llegue en su mejor momento, Chema es Chema. Ya demostró en la pasada Ryder que su hambre de triunfo sigue más latente que nunca. No es ni de lejos uno de los favoritos, de hecho probablemente no aparezca en ninguna de las quinielas, pero lleva unos meses trabajando mucho el aspecto físico con nuevo entrenador y cada vez le está pegando mejor. Y como dirían nuestros abuelos, “más sabe el diablo por viejo que por diablo”. 

De Sergio se espera mucho, es nuestra principal baza, para qué nos vamos a engañar. Sonará a tópico, pero puede ser el momento. El momento de dar el golpe definitivo. De olvidarse de las veces que ha estado rozando la victoria en un grande, de tener mentalidad ganadora, de saber recomponerse de los errores. Pero lo más importante es que se crea capaz de lograrlo. ¡Tienes que darlo todo Sergio!

Y aunque él mismo reconoce que Augusta no es un campo que se adapte a su juego, nadie duda que tiene muchos números de estar ahí el domingo. Está jugando a un nivel altísimo y se le ve feliz otra vez. Disfrutando en los torneos, sonriendo y con una rutina pre-golpe buenísima. Confianza ciega en él, como en Gonzalo Fernández-Castaño, nuestro “twittero” favorito, que llega al Masters lleno de ilusión. Su golf está en su mejor momento (aunque él dice que la mejor versión de Gonzalo está todavía por llegar) y puede ser su consagración a nivel mundial. Además, tiene una oportunidad buenísima de rematar el trabajo hecho semanas atrás y asegurarse la tarjeta del tour americano del año que viene.
Le vimos muy cómodo jugando con Tiger en el Arnold Palmer, controlando en todo momento las emociones. Está claro que se maneja como pez en el agua bajo presión. Quizás os sonará atrevido, pero veo a Gonzalo peleando por la chaqueta. ¿Por qué no?

Como ya ocurrió en la pasada Ryder Cup, nuestra armada no estará sola. Vigilando desde el cielo estará el pionero del golf moderno, nuestro gran Severiano Ballesteros. Casualidad o no, hoy, a dos días de empezar el Masters, Seve hubiese cumplido 56 años. No se me ocurre mejor regalo de cumpleaños que una victoria de los nuestros. El espíritu de Seve estará con Gonzalo, Sergio y Josemari, dándoles caídas y contagiándoles esa magia que tanto le caracterizó.

Espero que el mando ya esté secuestrado y guardado bajo llave. Disfrutad tanto como yo de uno de los eventos DEPORTIVOS más emocionantes que nos podemos encontrar en el panorama actual.

Saludos y muchos birdies para tod@s.